martes, 1 de abril de 2008

Pobre Niña…

Mientras escuchaba una canción de la 5ta estación, me vino a la mente otra historia de mi amigo Juan.

Me contó de una niña, que desde muy niña sintió la falta de amor en su hogar, ese vacío que se forma en el alma cuando los padres se separan y no piensan en las víctimas inocentes a su alrededor. Esa niña, no tan niña, estaba en el umbral de su adolescencia, en ese punto crítico donde ella piensa como una bebé pero comienza a sentir y a verse como adulta, y no lo entiende o, peor aún, no sabe que hacer con eso.

Esta pobre niña, sedienta de amor, nota como los demás le prestan atención. Antes ella pasaba desapercibida, como una sombra amorfa sin importancia, pero ahora ya no! Ahora ella presenta los esbozos de una silueta muy sexual, unas caderas prominentes, unas nalgas redonditas y firmes, unos pechos sensuales y siempre erectos, y se empezaba a notar una picardía muy sugestiva en su sonrisa, muy natural y espontánea.

La niña, al ver como los hombres comienzan a notarla, empieza a tentar, a ver… si ellos me miran, quizás estén interesados en mí, quizás me quieran como soy, quizás me den cariño, quizás… me den amor!

Y así es como esta pobre niña, quien solo necesitaba de un amor sincero, incondicional, mimado, como solo sus padres podían darle, terminó un buen día, algunos años después, mirándose al espejo: ya no es la niña de antes. Ya su cuerpo no es el mismo de cuando tenía 14, ni su vida es la misma. Ella era inteligente y lo sabía, por eso ella quería ser alguien importante, estudiar, hacerse profesional y triunfar para que sus padres sintieran orgullo por ella… hoy ni eso puede ella mostrar. Por el contrario, su deseo de ser amada la llevó de brazos en brazos, de cama en cama, de marido en marido, de amante en amante, incluso de mujer en mujer, todos dejándole una marca indeleble en su corazón, en su cuerpo, en su vientre y en su reputación.

Ahí se vé. La que una vez fué una niña inocente, llena de un futuro rico en oportunidades, ahora luce cansada, con el cuerpo abatido por los embarazos, los partos y las cesáreas, el corazón sucio y macerado, y una historia de mil y una noches de placer vano y lujuria, todo por alcanzar ese néctar que tanto anhela, ese sentimiento que llene el vacío en su alma, esa sola gota que la hará reverdecer como una flor en primavera… eso que llaman amor!

Dónde hallará el amor esa pobre niña? Será en los brazos de otro hombre? O, quizás, de otra mujer?

Juan me dijo que él también trató de darle ese amor, pero no fué suficiente.

Yo, sin embargo, creo saber exactamente dónde ella puede hallar ese amor en abundancia y para siempre.

… En Dios.

1 comentario:

alfonso dijo...

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